Desde que tenía diecinueve años y me fui al Cervantino con mi amiga Chela , su prima Marissa y Wendy, no había viajando con tantas mujeres. He viajado mucho más con hombres, y en la selva descubrí que las mujeres tenemos una fuerza capaz de salvar cualquier viaje: somos las que conservamos el sentido práctico, el instinto de conservación, las que vemos por la comida y el descanso, las que evitamos que las cosas lleguen a un punto crítico cuando todo ha salido mal.
When Oaxaca met the four sexiest female philosophers
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